El mercado encuentra en el discurso publicitario un vehículo ideal para llevar mensajes seductores a vastas audiencias y promover nuevas modalidades de intercambio comercial y simbólico. Las audiencias encuentran un servicio para orientar sus consumos y ponerse al día con las ofertas. Y los medios encuentran una forma de hacer caer el costo de producción al contar con el ingreso del anunciante, que le permite abaratar el precio del medio hasta la gratuidad, como ocurrirá luego con los medios audiovisuales.