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Alicia Giménez Bartlett

  • Alejandra Espinoje citiraoпрошле године
    Los monjes y las monjas gozan del privilegio de la inocencia, pensé, aunque lleguen a ella ateniéndose al principio de la prohibición.
  • Alejandra Espinoje citiraoпрошле године
    El perro no pareció demasiado contrariado al ver su nuevo hogar; quizás evaluaba que se había librado de algo peor. Investigó las habitaciones, salió al jardín, y cuando le ofrecí agua y galletas no les hizo ascos. Garzón y yo bebimos un whisky con toda parsimonia, pendientes de las evoluciones del animal.

    —Tendré que buscarle un nombre —dije.

    —Llámele Espanto… —apuntó el subinspector—, con lo feo que es…

    —No está mal pensado.

    El recién bautizado se tumbó a mis pies, suspiró. Garzón también suspiró, encendió un cigarrillo, miró plácidamente al techo. Componíamos una escena sosegada tras las múltiples inquietudes del día
  • Alejandra Espinoje citiraoпрошле године
    Era triste, a cada perro sin raza parecía corresponderle un dueño desheredado
  • Alejandra Espinoje citiraoпрошле године
    —No, de acuerdo, utilizamos un vocabulario contundente, a veces soez, lo admito; pero siempre dentro de una tradición del hampa y la pasma. Soltamos tacos sonoros, también solemos decir: macarra, tiparraco, armar un cristo, liarse a hostias… Lo que no hacemos es emplear esos términos tan bobos: rollo, cañero, marcha, legal… Eso es pura incultura, inspectora
  • Alejandra Espinoje citiraoпрошле године
    Nunca podría haber imaginado que en Barcelona existieran tantas monjas. Los hábitos variopintos que llevaban ya no tenían nada que ver con las arquetípicas tocas voladoras que les daban un aire entre infantil y divino. Los atuendos actuales eran horribles: vestidos grises, marrones o beige que llegaban a media pierna, un trozo de tela sin forma en la cabeza y zapatones masculinos baratos. Cualquier relación con la mística quedaba descartada. Ni siquiera tenían el aire sobrio y recio que las habría identificado como militantes de Dios. Eran vulgares.

    Acudieron a millares a la misa del papa. Iban en grupitos excitados y gritones, contentas porque se disponían a presenciar la actuación de su ídolo.

    El resto de la gente no me pareció mucho más atractiva. Parecían salidos de una peña excursionista.
  • Alejandra Espinoje citiraoпрошле године
    Los que viven junto a los sospechosos siempre se niegan a reconocer cualquier punto oscuro. Pero se hace difícil de creer que ese tipo no esté escondiendo algo. El teléfono del bar, el diente negro, su agresión, la huida…

    —¿Por qué le dio
  • Alejandra Espinoje citiraoпрошле године
    No era miedo por la agresión de la que había sido objeto, pero ver la cara de aquel joven me había devuelto a una inesperada realidad. Hasta el momento todo había sido un juego policíaco: pistas, pesquisas, suposiciones y conjeturas. Ni siquiera los estragos en las víctimas me habían hecho apartarme de una sensación abstracta, mental. Pero de repente las teorías habían tomado cuerpo. Había un hombre, estaba vivo, tenía unos ojos vacuos y fríos que se habían fijado en mi rostro
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