Traté de hacer en mi estudio lo que no podía hacer fuera de él. Incluso tener un estudio, o una habitación aparte para dormir, era una especie de éxito. Por si no os queda claro: yo desciendo de peones albañiles, recolectores de algodón, gente que arrastraba cables por túneles a medio excavar. Sus cuerpos crearon la posibilidad de mi existencia.