pregunta, ¿no tenías guardia hoy?
—Por supuesto que sí —ríe.
—Entonces, ¿qué hacemos aquí?
—Estabas a punto de quebrarte, Emily. No iba a permitir que mi buena amiga tuviera un mal día —me contesta con la vista puesta en el horizonte.
—¿Soy tu amiga? —pregunto, conmovida por el título que me ha dado, y entonces me mira.
—¿Quieres serlo?
—Me harás llorar, Willy —comento y le doy un ligero empujón en el hombro.