Poesía y verdad

«un hecho de nuestra vida no vale en la medida en que sea verdad, sino en la medida en que signifique algo».

la poesía es sobre todo una instancia superior que dispone de autoridad suficiente para corregir, siempre que sea preciso, la verdad. Para ser fiel a la ley morfológica que le sirve de guía,

o se trata sólo de exponer las circunstancias que el exterior dispensa al sujeto, sino también la influencia –palabra predilecta de Goethe– que ese sujeto, en cuanto ser creador, ha podido ejercer sobre su entorno, transformándolo, a lo largo de su desarrollo como individuo.

Al examinar este impulso más de cerca, uno se ve inclinado a reconocer en él esa presunción con la que el poeta expresa imperiosamente incluso lo más inverosímil y exige de cualquiera que reconozca como real aquello que a él, su inventor, de algún modo pudo parecerle verdadero