La mano que cura

Lo sé como se saben las cosas verdaderas, con el vientre.

Con tal de que volvamos a ser nosotras yo hago lo que sea, me dice.

a las personas que madrugan a llorar,

El silencio es una manta que en el cuerpo se siente helada, aunque de las manos solo sale una brisa fresca cuando se lo llama.

El silencio es una manta que en el cuerpo se siente helada, aunque de las manos solo sale una brisa fresca cuando se lo llama.

El silencio es una manta que en el cuerpo se siente helada, aunque de las manos solo sale una brisa fresca cuando se lo llama.

Ana Gregoria le dio la bienvenida y volvió a preguntarle que si estaba segura. Soledad asintió y eso fue lo último que se dijeron.

y es que así son un poco los fantasmas, como ecos cuyas ondas inevitablemente se deshacen con el tiempo.

Yo creo que desacomodamos algo, ma, le digo. O que las tres aquí encerradas, tan calladas, como sin decirnos las cosas, estamos creando esta sombra que nos persigue.

Aprieto la mandíbula y recito las palabras en mi cabeza y también en mi boca, muevo la lengua encerrada entre mis dientes y hago fuerza como si tratara de expulsar algo de mi cuerpo, la voluntad como una cuerda que amarra lo que quiere controlar.