Octavian le lanzó una mirada seca, se giró a la multitud y sonrió como si todo fuera idea suya. Destripó un osito de peluche y pronunció unos augurios para el año que venía: Fortuna les bendeciría. Pasó su brazo sobre los hombros de Percy y gritó:
—¡Percy Jackson, hijo de Neptuno, primer año de servicio!
Los símbolos romanos ardieron en el antebrazo de Percy: un tridente, las letras SPQR y una sola raya. Parecía que alguien estuviera presionando hierro ardiendo contra su brazo, pero Percy se las arregló para no gritar.
Octavian le abrazó y le susurró:
—Espero que duela.