Cuántos de los tuyos han muerto

A veces es la muerte lo que nos acerca a los otros

¿cómo saber cuál de los tres es el que ha sobrevivido?,
¿cómo saber que no soy el que sueña desde el otro mundo

la única y verdadera redención, decía, era consumirse.

Y a mi padre, Rodolfo, que desde entonces se ha ocupado en edificar el jardín desaparecido de la infancia, como si supiera, incluso antes de que el relato inicial fuera escrito, lo necesario de la sombra que atrae a los pájaros.

Desde hace meses
desesperados
buscamos la mano minúscula de la estatua.
Tenemos la sensación
no es una idea, es una sensación
de que el deseo ya se ha cumplido y la estatua nos exige su restitución.

El sol no evapora los pecados, los arranca de la carne, pero ha de llevarse también la carne, decía.

a un público que desconocía su condición de público:

No eran palabras, era algo completo en mitad de todos los fragmentos del mundo.

destinos cerrados donde ya nada crecerá hasta convertirse en recuerdo, porque la muerte mitifica
la muerte nos convierte en palabra
la carne que se hace verbo
objeto de recordación en los otros

¿no tendría que tener mis propios recuerdos solamente, mi recordar sin nubes, sin errores cronológicos, sin elipsis ni saltos mortales, sin barcos ni cuadriláteros ni poemas ni incendios ni fosas comunes?