Los asquerosos

en la infundada expectativa de que el azúcar le dispararía el espíritu y el ánimo para aguantar su solitaria separanza.

Manuel se consumía solo, con las ganas de personas que tuvo siempre

Manuel estaba nadando en una bañera de brea

Se alimentaría de lo que fuera con tal de reducir las sesiones retribuidas con las que pagaba lo tragado. Con su pobreza autosurtida compraría tiempo, porque pasaba ratos mucho mejores en el mercado de horas que en el de frutas y verduras. Aquel le ofrecía mejor producto.

ARREA jacta est.

Traía blanca hasta la sombra.

que le apreté fuerte, pero siempre he pensado que le tenía que haber apretado mucho más fuerte todavía. Que quizá era la última vez que podía permitirme ese lujo.

Otras lo dejaban estar, por timidez, porque les sobrepasaba exigir, porque preferían perder el dinero antes que seguir dedicando las mañanas a su queja, porque será que es que esto va así.

la falta de atenciones era una clara tajada de suerte. Agradecía con fuerza la incomparecencia paterna, porque así no tenía que aguantar bobadas