Este es un libro que hay que leer necesariamente sin prejuicios, algo nada fácil en un país en el que, por pereza a pensar, solemos dar por indiscutibles determinadas ideas que pasan a ser verdades absolutas sin haber sido nunca razonadas, pero así, frívola y superficial, es España; y si a eso unimos una cobardía que hace que en el tema de los nacionalismos nos impongamos una fuerte autocensura por miedo a ser tildados de fachas, nos encontramos con un panorama en el que nada es lo que parece sino más bien lo contrario aunque poner eso en evidencia sea políticamente incorrecto a diferencia de lo que ocurriría en cualquier país de nuestro entorno. Si con la lectura de este libro se consigue que algunos piensen un poco sobre el tema tratado, el autor se dará por muy satisfecho.