es
Maya Angelou

Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado

Obavesti me kada knjiga bude dodata
Da biste čitali ovu knjigu otpremite EPUB ili FB2 datoteku na Bookmate. Kako da otpremim knjigu?
  • Daniela Belloje citiralaпрошле године
    Mi hermanito negro era mi Reino de Dios en la Tierra.
  • Daniela Belloje citiralaпре 2 године
    Me gustaría creer que mi deseo de piñas era tan sagrado, que no se me habría ocurrido robar una lata
  • Daniela Belloje citiralaпре 2 године
    «Cuando te ves abandonado de la fortuna y desacreditado ante los hombres».
  • Verónica Díazje citiralaпре 2 године
    El mundo se había acabado y yo era la única persona que lo sabía. La gente caminaba por las calles, como si el pavimento no se hubiera hundido bajo sus pies. Fingían respirar, pese a que, como no había dejado yo de saber en todo momento, el aire había sido aspirado en una monstruosa inhalación de Dios mismo
  • Verónica Díazje citiralaпре 2 године
    La mujer negra se ve atacada en la juventud por todas esas fuerzas comunes de la naturaleza y, al tiempo, atrapada en el triple fuego cruzado del prejuicio masculino, el ilógico odio blanco y la falta de poder de los negros.
  • Verónica Díazje citiralaпре 2 године
    Con frecuencia se muestra asombro, desagrado e incluso beligerancia ante el hecho de que la mujer negra americana adulta desarrolle un temperamento fuerte
  • Verónica Díazje citiralaпре 2 године
    La orden de hacerse adulto al instante era más soportable que el anónimo horror de la indecisión que era la juventud.
  • Verónica Díazje citiralaпре 2 године
    Pocos, si es que hay alguno, sobreviven a su adolescencia. La mayoría se someten a la vaga, pero criminal, presión de la conformidad adulta
  • Verónica Díazje citiralaпре 2 године
    Sin quererlo, había pasado de ignorar que ignoraba a saber que sabía y la parte peor de mi saber era la de que no sabía qué sabía. Sabía que sabía muy poco, pero estaba segura de que las cosas que aún debía aprender no me las enseñarían en el Instituto George Washington.

    Empecé a faltar a clase, a pasearme por el parque de Golden Gate o vagar a lo largo del brillante mostrador de los grandes almacenes Emporium. Cuando Mamá descubrió que estaba haciendo novillos, me dijo que, si un día no quería ir a la escuela, si no había exámenes y mi labor escolar no dejaba que desear, lo único que debía hacer era decírselo y podía quedarme en casa. No quería —añadió— que una mujer blanca la llamara para decirle algo sobre su hija que ella no sabía ni tampoco verse en la tesitura de mentir a una mujer blanca porque yo no fuera lo bastante mujer para hablar claro. Con eso se acabaron mis novillos, pero nada parecía aliviar las largas y sombrías horas en que se habían convertido las clases.

    Quedarse solo en la cuerda floja de la ignorancia juvenil es experimentar la extrema belleza de la libertad total y la amenaza de la indecisión eterna
  • Verónica Díazje citiralaпре 2 године
    Sin quererlo, había pasado de ignorar que ignoraba a saber que sabía y la parte peor de mi saber era la de que no sabía qué sabía. Sabía que sabía muy poco, pero estaba segura de que las cosas que aún debía aprender no me las enseñarían en el Instituto George Washington.
fb2epub
Prevucite i otpustite datoteke (ne više od 5 odjednom)