Momentos de inadvertida felicidad

Los amores al empezar, que es mucho antes de que empiecen, es decir, el momento en que un enamoramiento nace sin que la persona que se enamora se haya dando cuenta aún.

Entro en una zapatería porque he visto en el escaparate unos zapatos que me gustan. Se los señalo a la dependienta, le digo mi número, el 46. Ella vuelve y me dice: lo siento, pero no tenemos de su número.
Luego añade siempre: tenemos el 41.
Y me mira, en silencio, porque quiere una respuesta.
Y a mí, al menos una vez, me gustaría decirle: vale, de acuerdo, deme el 41.

Los amores al empezar, que es mucho antes de que empiecen, es decir, el momento en que un enamoramiento nace sin que la persona que se enamora se haya dando cuenta aún

Caminar de puntillas sobre el suelo recién fregado, con una contracción de los músculos que pretende hacerte creer que has obtenido una ligereza tal que el suelo no va a ensuciarse.

El agua cuando tienes sed; la cama cuando tienes sueño.

«¿Quieres que te traiga algo?», pronunciado por cualquiera, cuando me siento incomodado por el hecho de que la cena sea tipo bufé

En general, todos aquellos que se preocupan por mí o se ocupan de mí.

El recuerdo morboso de los libros que he leído: me acuerdo de dónde los he leído, de lo que hacía en la época en que los leía, de con quién hablaba de ellos. Cuando cojo un libro de la estantería, a veces me basta con la portada, o bien con las palabras que recuerdo, y regreso hasta un humor y un tiempo preciso, nítido, siempre, o casi siempre

La primera y la última página de un libro.

Encerrarme con llave en los cuartos de baño de las casas donde nunca he estado y ponerme a curiosear todos los productos que utilizan.