Jennifer se estaba saltando todos sus principios. No podía acostarse con Trev Montgomery. Pero era tan guapo y atractivo… y había sido su marido durante un breve y maravilloso momento siete años atrás, así que trató de convencerse de que no ocurriría nada por pasar una última noche juntos.
Trev la habría reconocido en cualquier lugar del mundo. Aquella mujer era Diana… ¡su mujer! Solo que decía llamarse Jennifer… y aseguraba que era una prostituta. No tenía otra opción que pagarle para comprobarlo.
¿Pero qué haría si se confirmaban sus sospechas?