es
Knjige
Sara Mesa

Perrita Country

  • Javier Roblesje citiraoпрекјуче
    Hago, mentalmente, una reverencia. Soy, o trato de ser, amable y paciente con ellos. Reconozco su grandeza. Admito mi pequeñez
  • Javier Roblesje citiraoпрекјуче
    Quizá están hechos de la misma sustancia de los dioses, de la magia que sincroniza los astros y ocasiona la telepatía. Quizá acariciarlos, sentir su calor y sus latidos bajo la humilde palma de la mano, es la única manera que tenemos de rozar la trascendencia. Penetrar en su mirada es iniciar un viaje enigmático ante el que hay que guardar silencio e intentar no pensar. Hacer, mentalmente, una reverencia, ser amables y pacientes, reconocer su grandeza, nuestra pequeñez.

    No la grandeza de cada uno de ellos, no del Ujier ni de Perrita Country ni del Pelón tomados como individuos, uno por uno, sino de todos ellos en conjunto como conexión con un todo, con la totalidad del universo.
  • Javier Roblesje citiraoпрекјуче
    Miro a mis animales.

    Su fragilidad ante nuestra ignorancia, su vulnerabilidad ante nuestra crueldad. El secreto de su existencia, que guardan bajo llave, celosamente
  • Javier Roblesje citiraoпрекјуче
    Repaso los cuadernos de mis alumnos, su escritura decidida y apretada, a menudo torcida, que traspasa las hojas y deja marcas, las faltas ortográficas que no son nunca errores, la increíble gracia de su sintaxis. Su extraña sinceridad
  • Javier Roblesje citiraoпрекјуче
    Y ellos dos? Si uno se marchara, ¿lo echaría el otro de menos? ¿Recordarían su existencia conjunta? ¿Se sobrepondrían a la soledad?

    ¿Se quieren? ¿Quiere Perrita Country al Ujier pero el Ujier no a ella? ¿O es al revés? De haber amor, o al menos afecto, ¿es creciente o estático? ¿Podría menguar? ¿Cabe en ellos la decepción, el hastío?

    Cuando se comunican, ¿qué se dicen?

    ¿Son sinceros? ¿Se mienten?

    ¿Me quieren? ¿O solo estoy ahí, a su lado, formando parte del paisaje que aceptan con su calma ancestral, con equilibrio?
  • Javier Roblesje citiraoпрекјуче
    Todo este bosque de preguntas sin respuestas, como árboles sin copa.

    ¿Se alegran de la marcha del Pelón? ¿Recuerdan su desesperada manera de piar, el sonido feroz de sus aleteos? ¿Hasta dónde les llega la memoria
  • Javier Roblesje citiraoпрекјуче
    No está el Pelón, se ha ido, pero con él se ha ido además el final de la historia, o la posibilidad de calificar este final como feliz o triste, una victoria o un fracaso. No puede ser que nos deje así, sin adjetivos, sin explicaciones. Un final tan ambiguo, tan abierto. Tan desasosegante. Como ese tipo de finales que nos irritan tanto en las películas y los libros pero que forman parte continuamente de la vida.

    Tengo que resignarme a su pérdida. No solo a la pérdida del pajarito, al que quise a pesar de que nunca me quiso, sino a la pérdida de la narración. ¿Cómo seguir ahora esta historia?
  • Javier Roblesje citiraoпрекјуче
    Cuando hablo de mí lo hago en pasado y en tercera persona. Me disfrazo con la gramática, me la echo de cobertor para resguardarme y no quedar expuesta. En cambio, cuando hablo de otros, o cuando invento, echo mano de la primera persona y del presente
  • Javier Roblesje citiraoпрекјуче
    Deja que la naturaleza siga su curso, me dice Victorpe. Es absurdo que tengas el patio cerrado por la supervivencia de diez gramos de pájaro que, además, va a morirse. Puede ser, me digo, puede ser, pero yo también formo parte de la naturaleza y, si dejo que siga su curso, he de dejar también que la ridícula y desproporcionada compasión que alienta mis actos continúe hasta el final, caiga quien caiga
  • Javier Roblesje citiraoпрекјуче
    Compro pasta de cría y unas vitaminas que se suministran con gotero. No es fácil atrapar al Pelón, que se resiste como un condenado. Hay que ir tras él con alevosía, inmovilizarlo bien en un puño —cuidando de no apretar, de no hacerle daño—, obligarlo a abrir el pico y tragar.

    Me digo que, con el paso de los días, se acostumbrará a asociarme con la comida y no todo tendrá que ser tan violento, pero el Pelón no es un perro y lo de Pavlov no va con él.
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