Parece que no le molesta el traqueteo. Menos mal, ya que viajaremos bastante. Pero se acabaron las sorpresas –advirtió a Lauren con un dedo severo–. Al siguiente lo planearemos desde el principio hasta el final.
–Estoy contigo.
Cuatro meses más tarde concibieron de forma fortuita durante un vuelo a Hong Kong. Su hija llegó con tres semanas de antelación en una limusina bajo el Arco del Triunfo.