O sea que, aunque necesitan saber y ver cuándo estamos enfadados, temerosos, felices o tristes, también quieren saber que somos capaces de «contener» esos sentimientos. Ello significa que podemos tener miedo pero no perder la calma, estar enfadados pero no volvernos peligrosos, sentirnos felices pero no parecer idiotizados, y ponernos tristes pero no parecer que los acontecimientos nos superan o nos abruman.