Levántate de mí

Porque en la vida real, los orgasmos en pocas ocasiones son nítidos.

«Pienso disfrutar cada momento. Me lo merezco. Me siento viva y eso es precisamente lo que voy a hacer, vivir».

Quería recuperar el tiempo perdido, todos esos años en los que junto a Pedro sólo había aprendido nada. A quedarse como estaba. Y ella quería avanzar, descubrir, aprender. En definitiva: disfrutar.

―Si esto fuera un cuento, ¿qué te gustaría que pasara?

―Que le besara, que me besaras… ―respondió ella sincera.

manos extendían el aceite por toda la espalda con una delicadeza que llamaba la atención. Los firmes movimientos hacían estremecerse a Carla y exteriorizar algún que otro espasmo de placer.

Porque ella también había fantaseado con Pere.

Entonces ella sintió su olor. Un olor fresco a aftershave, envolvente. Sintió unos deseos irrefrenables de levantarle la camiseta y tocar su piel, formar parte de ese olor, estar más cerca.

más pallá que pacá

enseguida dio un respingo.

de volverse a tumbar se desabrochó el sujetador