Poesía y prosa literaria

El hombre tiene un pie en la tumba

Si falta un sostén de esperanza.

Cuando el sol con sus llamas inunda la llanura,

Cuando todo a mis ojos de amor y vida brilla,

Si contemplo una flor que se abre, fresca y pura,

A los rayos del día;

Si rebaños alegres llenan el campo en calma,

Si oigo al ave en el bosque donde me gusta errar,

Me siento triste y tengo tanto duelo en el alma

Que quisiera llorar.

¡Ah, bajo una fingida alegría

No nos escondas tu dolor!

Gustas tanto por tu tristeza

Como por tu sonrisa encantadora:

Esos bienes que el vulgo envidia

Tal vez embellecen mi vida,

Este arroyo que tremolante

Refleja las luces del cielo

Parece en su curso brillante

Que centellea con mil fuegos;

Mientras en su fondo apacible,

Que en una pendiente insensible

Recorren despacio sus ondas,

Va arrastrando una ganga impura

De suciedad y de amargura

Que toda su agua le emponzoña.

Mi juventud pasará en vano,

Siempre me oprimirá la mano

De la inoportuna tristeza.

¡Estoy sangrante, roto, doliente sin remedio!