es
Selva Almada

Chicas muertas

Obavesti me kada knjiga bude dodata
Da biste čitali ovu knjigu otpremite EPUB ili FB2 datoteku na Bookmate. Kako da otpremim knjigu?
  • Lucy Sotoje citiraoпрошлог месеца
    la casa de cualquier adolescente, no era el lugar más seguro del mundo.
  • Lucy Sotoje citiraoпрошлог месеца
    Mi casa, la casa de cualquier adolescente, no era el lugar más seguro del mundo.
  • Yunuen Barbosaje citiraoпрошле године
    ningún ser humano es menos importante que el peor acto que haya realizado; y fue duramente criticada por estas palabras. Tampoco aceptamos la piedad de una madre.
  • Yunuen Barbosaje citiraoпрошле године
    De una madre con una hija muerta esperamos, al parecer, que se arranque los pelos, que llore desconsoladamente, que agite el brazo pidiendo venganza.
  • Yunuen Barbosaje citiraoпрошле године
    Yo creo que lo que tenemos que conseguir es reconstruir cómo el mundo las miraba a ellas. Si logramos saber cómo eran miradas, vamos a saber cuál era la mirada que ellas tenían sobre el mundo ¿entendés?
  • Yunuen Barbosaje citiraoпрошле године
    . La capitana del equipo femenino de vóley se sobrepuso a la novia ilusionada y cortó la relación. Por supuesto, Juan no se lo tomó con calma. A los ruegos y juramentos apasionados, siguieron las amenazas.
  • Yunuen Barbosaje citiraoпрошле године
    Sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que su novio se mostrara tal cual era: un macho posesivo, celoso, violento. Rosa, enamorada y todo, era una mujer de carácter.
  • Yunuen Barbosaje citiraoпрошле године
    Me crie escuchando a las mujeres grandes comentar escenas así en voz baja, como si las avergonzara la situación de la pobre desgraciada o como si ellas también le temieran al golpeador.
  • Yunuen Barbosaje citiraoпрошле године
    El Sátiro era una entidad tan mágica como, en los primeros años de la infancia, la Solapa o el Viejo de la Bolsa. Era el que podía violarte si andabas sola a deshora o si te aventurabas por sitios desolados. El que podía aparecer de golpe y arrastrarte hasta alguna obra en construcción. Nunca nos dijeron que podía violarte tu marido, tu papá, tu hermano, tu primo, tu vecino, tu abuelo, tu maestro. Un varón en el que depositaras toda tu confianza.
  • Rafael Ramosje citiraoпрошле године
    Seguimos caminando, más apretadas la una contra la otra, los brazos pegajosos por el calor.

    El viento norte frotaba entre sí las hojas ásperas de las plantas de maíz, cimbreaba las cañas maduras, sacándoles un sonido amenazador que, si afinabas el oído, podía ser también la música de una pequeña victoria.

    Buenos Aires, 30 de enero de 2014
fb2epub
Prevucite i otpustite datoteke (ne više od 5 odjednom)