Lograr una efectividad duradera requiere de unos hábitos basados en principios o valores fundamentales. Se trata de leyes universales que gobiernan todas las cosas y que, por tanto, permiten sustentar de forma sólida hábitos duraderos. Integridad, fidelidad, valor, compasión, responsabilidad, contribución, bondad, humildad o justicia son algunos de los principios sobre los que se sustentan los 7 hábitos.