Correspondencia (1912–1942)

me priven de lo que más disfruto haciendo: flâner dans les rues, bouquiner [callejear y buscar libros de lance]

un abrazo de tu viejo medianamente rejuvenecido

Espero, mi niño querido, que hayas vuelto a encontrar a una mujer-jirafa con pecho de ondina. Tráeme una foto de ella para que yo vea hacia dónde se encaminan tus gustos

Hablemos ahora de ti, mi querido esposo (¡nada de «maridito», por favor!). ¡Qué limpio de culpa debes de sentirte ahora

tengo ocasión para ir de compras, pero no me olvidaré de tu crème ni de tu vestido

Como en el tiovivo, la gente disfruta con la velocidad, en un placer que al mismo tiempo da vértigo

diviértete y no le seas demasiado infiel a tu diligente

Berlín, profondément antipathique

los cuatro hermanos Zweig somos todos unos dementes, cada uno a su propia manera. Yo soy el único que al menos lo sabe

Te ruego que dejes ahora las vidas ajenas y te dediques a vivir la tuya; que te escuches a ti mismo, mi queridísimo Stefan