Cena de cenizas

te digo que la muerte debe ir madurando en nosotros y que el madurar requiere tiempo tanto que su duración le toma toda nuestra existencia uno de los más grandes errores que puedes cometer es querer adelantar el minutero de tu propia muerte es querer ser dueño de tu propio fin

¿qué comienzo no fue microscópico al nacer?

no es posible que ignores lo que suele pasar con los ídolos, con toda clase de ídolos. Son muy propensos a hacerse añicos a nuestros pies.

Hay que aceptar que en cuanto los seres entramos en contacto nos hacemos daño mutuamente.

Lo natural es que sea una sola la gran pregunta e infinito el número de respuestas.

También las víctimas estamos manchadas por la fuerza y crueldad de los verdugos, así que yo tampoco soy inocente de las violencias que me infligen los demás.

he visto ser más cruel que una mujer para otra mujer.

hombre desde que ya fue hombre viene pagando por sus dioses sangre y moneda contante y sonante.

Lencho, mi pobre Lencho, cómo pudimos pensar los dos que el tezontle podía servirnos de refugio, si el tezontle, tezontle brotado de los siglos está habituado a sorber el chorro sangrante, sagrado, de los corazones de los hombres y de los niños gracias al hábil cuchillo de ónix de los chamanes. Míralos tú ahora, ahora puedes mirarlos tú, también pueden mirarlos Romancito y Marcela, todo se ha reducido a una pirámide de corazones apilados para regocijo de vencedores.

Los últimos los he visto alejarse con sus racimos de juventud en agraz. Los camilleros de las cruces, tras de haberse arriesgado para recoger heridos, también se han ido. Pero aún puede escucharse, de vez en cuando, ráfagas de ametralladoras ametrallando a los inquilinos de los altos edificios. Los tiros de los francotiradores se han ido espaciando. ¡Cuántos, pero cuántos zapatos sin dueño y cuántas bolsas de mujer sembradas por la plaza tan amplia! Por la mañana, esto será un paraíso de pepenadores. Porque habrá mañana, una mañana, siempre hay una mañana tras otra.