Para un psicoanalista de cuarenta y seis años, profesional reconocido, la visita de un paciente nuevo no debería ser motivo de ansiedad. Para una atractiva caribeña, un viaje en su yate a través del Atlántico no debería convertirse en una pesadilla. Una aventura más con un hombre casado no debería cambiar el destino de una joven diseñadora.
Pero el destino, como advierte la primera frase de la novela, no solamente es fruto del azar. “El destino es la suma de nuestras equivocaciones”.
Construida sobre dos líneas narrativas alternadas, Sombras en el cristal plantea un contraste de escenarios, tramas y personajes. De una parte, la pasional República Dominicana. De otra, una Barcelona, serena en apariencia, donde tienen cabida el amor, la traición, la culpa y la venganza.