Sucede que a veces en un año ocurre lo que no pasa en dos, tres o cinco años, o creces todo lo que no habías crecido en toda una década. A eso es lo que el buen panameño llama “sacarse el dedo”. Atrevernos a estar solas o, mejor dicho, con propia compañía es nuestro desafío. Yo misma he pasado por un momento de encuentro conmigo misma y quiero contarte que fue totalmente positivo.