embargo, los trabajadores de esas compañías han presionado para reducir las emisiones en general, en lugar de comprar indulgencias por una culpa medioambiental.60 Además, Microsoft, Google y Amazon otorgan las licencias de sus plataformas de IA a compañías de combustibles fósiles para ayudarlas a ubicar y extraer combustible del suelo, lo que impulsa todavía más a la industria hacia una mayor responsabilidad en el cambio climático antropogénico.
Más allá de Estados Unidos, se elevan otras nubes de dióxido de carbono. La industria de centros de datos de China obtiene el 73% de su energía del carbón y, en 2018, emitió alrededor de 99 millones de toneladas de CO2.61 Y se espera que el consumo de electricidad por parte de la infraestructura de los centros de datos de China aumente en dos tercios para 2023.62 Greenpeace ha dado la alarma respecto a la colosal demanda de energía de las compañías tecnológicas, argumentando que “las compañías más prominentes de China, incluidas Alibaba, Tencent y GDS, tienen que aumentar dramáticamente la adquisición de energías limpias, así como divulgar sus datos de uso de energía”.63 Pero los impactos duraderos de la energía a carbón están por todas partes y llegan más lejos que cualquier frontera nacional. La naturaleza planetaria de la extracción de recursos, así como sus consecuencias, superan por mucho lo que el Estado nación fue diseñado para abordar.