Cuentos de horror

Un hombre es como un árbol: En un bosque de sus iguales crecerá tan recto como su naturaleza individual y genérica lo permita; solo en campo abierto, cede a las tensiones y torsiones deformantes que lo rodean.

Tengo apenas una convicción de que en ocasiones los vivos son vistos donde no están, sino donde han estado, donde han vivido tanto tiempo, quizá tan intensamente, como para haber dejado su impresión en todo lo que les rodea.

una circunstancia en sí mismoa que alguien con juicio no se atreverá a ignorar.

ninguna persona de mente imparcial tiene duda alguna de ello; la incredulidad se confina a aquellas personas opinionadas que serán llamadas "chiflados" tan pronto como esta útil palabra haya penetrado los terrenos intelectuales del Avance

claramente perturbado. Caminó de uno a otro lado del cuarto; después se aproximó a su amigo, y con voz no del todo estable, dijo:

capacidad de pronóstico, o quizá diría que de diagnóstico

cierta melancolía que no forma parte de mi disposición natural, ni era, creo, debida a la soledad.

―Gracias; es agradable que se cumplan las expectativas de uno; esa es la respuesta que esperaba de su amabilidad.

Sáquese este maldito asunto de su mente.

»Por supuesto, no necesito decirle que esto es lo que llamará usted una alucinación y yo llamo una aparición.