Diario del afuera

Creo que es en la forma de mirar qué hay en los carritos junto a las cajas de un supermercado, en las palabras que se pronuncian para pedir un filete o apreciar un cuadro, donde se leen los deseos y las frustraciones, las desigualdades socioculturales.

Así que ahí afuera, en los pasajeros del metro o del RER, en las personas que utilizan las escaleras mecánicas de las Galeries Lafayette y Alcampo, es donde está depositada mi existencia pasada. En individuos anónimos que no saben que conservan parte de mi historia, en rostros, en cuerpos que nunca vuelvo a ver. Sin duda, soy yo misma, entre la multitud de las calles y de las tiendas, portadora de la vida de los otros.

sofocado por el asombro y

Al contrario que en el teatro, en esta escena los espectadores evitan mirar a los actores y fingen no oír nada. Incómodos ante la vida que se ofrece como espectáculo y no a la inversa.

—¿Tenías una cáscara sobre la cabeza?
—No, piel. ¡No soy ginecólogo, pero algo sé!
—¡No quiero salir! ¡Me gusta okupar un sitio tan caliente!
—Yo no quería salir. Hasta tal punto que tuvieron que practicarle una cesárea a mi madre.
—Las cesáreas, en aquella época, se hacían con motosierra.
—Sufrió. Por eso nunca me reconoció.
—A mí tampoco.

Luego: «Me entran ganas de volver a mi huevo, ahí estaba bien».
El lector de Libé sigue repitiendo «no es justo», pero ahora se interesa por ese tema imaginario.

impedirnos hacer cosas naturales pero relegadas en nuestra cultura? ¿Cómo empieza la indiferencia por los «modales» aprendidos de niño en la escuela, en la mesa familiar, cuando el futuro era un gran sueño, cada noche, al irse a dormir? Se ha bajado en la estación de Auber.

su lado hay una bolsa de plástico, típica de los sintecho. ¿A partir de qué momento, cuando uno ya no tiene domicilio ni trabajo, la mirada de los demás deja de im

vuelto al pasillo enrejillado. Dentro de sesenta años, puede que, de todo lo que he visto, de todo lo que me ha gustado, de todo lo que he disfrutado, quede únicamente un montón de hojas impresas que solo se consultarán para una tesis.

puro. Ropa «interior» desprendida de la carne, la que sugiere es ideal. «Interiores» que se exhiben aquí, pero que nadie verá después,