Hyperfocus

Los estudios han demostrado que una pausa de trabajo revitalizadora debería tener tres características3.

• Exigir poco esfuerzo.

• Ser voluntaria.

• Que no sea una tarea pesada

la red de tareas positivas (TPN) se activa con el hiperenfoque (hyperfocus), y la red neuronal por defecto (DMN) lo hace con la dispersión de la mente (scatterfocus).

Nuestra mente trabaja de forma parecida. Desfragmentamos nuestros pensamientos cuando creamos espacios entre tareas. Esto nos permite pensar más claramente y nos proporciona un extra de atención para procesar las relaciones, experiencias, ideas o problemas que surgen por el camino.

La estructura de nuestro cerebro (la red de conexiones que activamos cuando dejamos vagar nuestra mente) no solo es extraordinariamente poderosa porque pueda recrear vívidamente las experiencias de nuestro pasado. La actividad anómala de esta red (en particular, la incapacidad de detenerla) está asociada con la depresión, la ansiedad, el TDAH, el estrés postraumático, el autismo, la esquizofrenia, el mal de Alzheimer y la demencia

qué noventa minutos es el número clave? Porque nuestra energía mental tiende a oscilar en ondas de noventa minutos. Cuando dormimos, nos desplazamos por los periodos de sueño ligero, profundo y REM en ciclos de noventa minutos.

¿Por qué noventa minutos es el número clave? Porque nuestra energía mental tiende a oscilar en ondas de noventa minutos. Cuando dormimos, nos desplazamos por los periodos de sueño ligero, profundo y REM en ciclos de noventa minutos.

Puede ser tan simple como dar un paseo por los alrededores de la oficina, ir a un gimnasio cercano o pasar tiempo con los compañeros que te ayudan a relajarte. Estas actividades son una buena forma de darle un verdadero descanso a tu mente.

En realidad, estos descansos son una tapadera para realizar otras actividades que no están relacionadas con nuestro trabajo, y como requieren que les prestemos atención, nunca tenemos la posibilidad de recuperar la energía.

Cada vez que evitamos el aburrimiento en favor de la estimulación, no planificamos, no descubrimos ideas que nuestra mente ha incubado o no recargamos energía para trabajar más tarde con mayor energía y propósito.

Nuestra mente está acostumbrada a una estimulación constante, por eso, tiene la costumbre de buscar estímulos como si fueran un elemento positivo para ella. Pero no lo son.