La muerte, hoy, es más muerte que hace un siglo, por ejemplo: porque antes los humanos se protegían con las religiones, con el más allá y con el orden social. Las personas tenían la vida bien definida: primero eran hijos, luego novios, luego cónyuges, luego padres, luego abuelos y después morían, en una línea de continuidad claramente marcada que les otorgaba un lugar en el devenir de los humanos. Pero ahora todo eso se ha roto, y el morir se ha agrandado y se ha hecho más absurdo. Ahora somos probablemente más sabios y más libres; pero estamos más solos frente al caos