La dictadura de la felicidad

Para el sistema capitalista, no somos humanos con necesidades emocionales; somos productores o consumidores. No necesitamos felicidad. Solo necesitamos producir y consumir.

Elegir entre muchas opciones también provoca insatisfacción porque tendemos a pensar que podríamos haber elegido mejor; aunque nuestra elección haya sido buena, no la disfrutaremos por pensar en lo que nos podríamos estar perdiendo

tener múltiples objetos para elegir provoca parálisis e incrementa la insatisfacción

Ciertamente, en una tiranía, poco libre se puede sentir uno. Y la Tiranía de la Mejor Opción (recordemos: subestado del Estado del Malestar) es eso, una tiranía, gobernada por el jinete de la intolerancia a la incertidumbre.

Producimos decenas de miles de pensamientos al día. ¡Es normal que alguna imbecilidad se nos escape de vez en cuando

Nos sentimos peor por lo que nos decimos que nos pasa que por lo que nos pasa

no era tanto la influencia del pasado como los pensamientos de hoy los que influyen en nuestro estado de ánimo y en algunas patologías como la ansiedad y la depresión

como el ego tiene un margen de maniobra tan limitado y, sin embargo, quiere tener el control de todo, crea las preocupaciones como intento fallido, aunque ampliamente utilizado, para controlar y evitar lo malo.

El ego no puede controlar lo malo, pero sí te puede controlar a ti y lo hace a través de la mente, del pensamiento

Nuestras creencias pueden ser equivocadas.

Nuestra mente nos engaña.

Y, si nuestras creencias —que son la base de nuestros pensamientos— son erróneas, nuestros pensamientos —que son el producto de aquellas— serán sesgados

una emoción se transforma en sentimiento en la medida en que tomas consciencia de ella