materia gris

no siempre coincide
la palabra precisa
con la palabra correcta
una misma palabra
no es nunca
la misma palabra
que has borrado
tantas veces
para escribirla nuevamente
otras tantas más
sin arrepentirse
la palabra jamás
volverá todo el tiempo
a penarte
cada palabra impaciente
es un fantasma
que te habita
palabras en vez de personas
siguen dando vueltas
varias noches
después de haber sido dichas

veranos que no volverán

cómo pueden ir tan lentos
los momentos a veces
que derrotan el paso
del tiempo
y el futuro en lugar
de imponerse
al presente
se deshace
la luz entre las hojas
durante la tarde
un árbol cobija los sueños
de los niños tendidos
sobre mantas de colores
entre la hierba
la ciudad lejana es un rumor
que el viento trae
por un instante
al oído
mientras avanza
imperceptible
la sombra de la tierra
sobre el cielo
cae la noche
al fin y al cabo
junto con ella
la realidad
el murmullo de los grillos
por todos lados

no sé quién cresta dijo
que el presente
es la basura del futuro
una montaña de sueños
retrospectivos
tantos metros de altura
que se nos viene
todo el tiempo
encima pero no llega
nunca realmente
a humillarnos
por más que haga vibrar la tierra
bajo nuestros pies
una grieta
donde el país
cada tantas décadas
se reacomoda
vuelve todo lo olvidado a la conciencia

dime que no es propaganda
decir coca cola
en un poema dime cosas
que no entienda
si hablamos de imágenes
puedo verlas
pasar cada día
de largo
hasta finalmente bajar
los párpados

selva interior

el que mis dedos recuerden
lo que pensaba olvidado
al meterlos en la tierra
no me asegura que logre
desmalezar la cabeza
tanto insistí en cultivarla
cuando era chico
que de grande
busco mi lado salvaje
viajo a lugares lejanos
de la memoria
para venir a toparme
con una lata
de coca cola
oxidada entre las matas

sur

no matrimonio
sino casamiento
o casorio
boda jamás
polcas o bochas
en vez
de bolitas
si acaso bochitas
gafas por cierto
en lugar de
lentes de sol
saltapericos
a veces
muy pocas
saltamontes
influencia de la tele
palomitas
de ningún modo
cabritas de maíz
treiles por queltehues
y matapiojos
siempre
matapiojos
nunca libélulas

el año ochenta y dos vino la crisis

es un endecasílabo que robas
de un banco imaginario
con un revólver de verdad
y una media
de tu madre
en la cabeza
gritándole a la gente
que hace fila
como has visto tantas veces
en películas
una bolsa inmensa
con el signo de dólar
plata toda que inviertes
por cierto
en empresas de papel
como les llamas
a los castillos de nubes
que vislumbras en el aire
atravesados de rayos
crepusculares
cuando diriges tus ojos al futuro

las opiniones son uñas

que han crecido
con los años
de manera exagerada
para arañar
de un zarpazo
las razones de los otros
ideólogos que hablan
en paneles de súbito
desenmascarados
por el dedo índice
de un niño
entre escombros y ruinas
otra imagen heredada
de la guerra
en lugar de los cuentos de hadas

qué dijo adorno

exactamente
capaz que después
del tercer bombardeo
de la franja de gaza
en dos años
solo sea posible escribir
poesía no guiones
que nos lleven
a otros tiempos
y lugares distantes
de los hechos
con un sonido
envolvente
en pantalla
gigante
cruzar la noche oscura
de la historia
incómodamente
sentados
para despertar
sobresaltados
en salas semi
vacías de cine
mientras pasan los créditos

el día que viene llegando
se enreda con las llaves
para abrir por fin la puerta