Sabiduría olvidada

No se deje impresionar; recuerde que no todo lo que parece es. A veces nos quedamos atrapados en esos detalles superficiales que nos hacen sentir a gusto con una persona, porque huelen a normalidad y no vemos —o no queremos ver— más allá de lo que salta a la vista

Ser cazamentiras es un estilo de vida, siempre vaya más allá de lo evidente, escarbe con curiosidad debajo de la superficie y, luego, cuando tenga suficientes señales, ate cabos y construya el rompecabezas del cual venimos hablando desde hace muchos capítulos.

✓ Conjunto: es importante detectar por lo menos tres señales o banderas rojas que sucedan en forma simultánea, para establecer razonablemente que nos encontramos ante una mentira. Este es un punto X, a partir del cual podemos empezar a investigar más a fondo.

Y la mentira, ¿qué pitos toca ahí?

Es el desenlace consecuente de una cadena de embarradas. Si un comportamiento no deseable viene acompañado de señales y nosotros no las vemos a tiempo —o no las queremos ver— para ponerles un alto, estamos dando oportunidad y —de alguna forma— cohonestando con el engaño y la mentira que le sucederán.

Los seres humanos somos repetitivos en casi todo. No más considere esto: de acuerdo con la National Science Foundation tenemos en promedio 50 mil pensamientos al día, de los cuales el 95 por ciento son recurrentes.

Mire quién lo infringe. Recuerde que quien transgrede en un campo de la vida, posiblemente lo haga también en otro

Y esto, llevado a nuestro tema:
Si un galán le hizo efecto halo, su cerebro tenderá a ver únicamente las señales positivas que confirmen esta primera impresión y le hará la triquiñuela de esconderle las demás, a menos que usted, con toda su disciplina, le ponga el «tatequieto» a su inconsciente, se pare en la raya y, con toda la ecuanimidad de la cual es capaz, observe, analice y saque conclusiones

En todos los capítulos anteriores he insistido vehementemente en la importancia de la observación con el propósito de detectar señales tempranas y poder prevenir el engaño antes de que sea demasiado tarde

Una persona que no conoce los límites de la intimidad, los puede transgredir en cualquier momento

No se trata de ser prevenido sino de ser precavido, para no dejar trascender las cosas hasta llegar al punto de ser engañado o traicionado