Sabe que la creencia es frágil, desfondada, pero se sostendrá en el aire hasta que amanezca y despierte, y otra vez las nubes sombrías lluevan sobre su cerebro. Quizá hubiese sido mejor invitarle a subir, quizá, pero busca el instante sostenido, el vuelo breve del pájaro. Que nada lo quiebre. Es efímero sin remedio. No sabía mucho de K. Ni falta que hacía. Estaba con él, T estaba aplanado, más perdido que nunca.