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Knjige
Margarita García Robayo

Orquídeas

  • Rafael Ramosje citiraoпре 3 године
    Por eso, acepto humildemente que me equivoqué y cierro esta nueva historia con una moraleja: es fácil aceptar que un príncipe fue antes sapo, lo difícil es besarlo cuando todavía es verde, salta y lanza eructos al aire.
  • Rafael Ramosje citiraoпре 3 године
    Quizá la gracia de ciertos cruces de camino consista en dejar que se bifurquen hasta hacerse una línea recta como el horizonte. O como la muerte clínica. Entonces sería inútil forzar un nuevo cruce. Y entonces tendríamos que convencernos de que el mejor lugar para guardar a las personas es en los buenos recuerdos. Entre más difusos y lejanos mejor. Como la neblina del ayer, dicen. O, mejor, cantan.
  • Vilma Rodriguezje citiralaпре 8 месеци
    Tamara, cuando nota mi interés desmedido por su vecindario, me desanima: dice que a la noche cambia el panorama, cambian los personajes, se banaliza la escena
  • Vilma Rodriguezje citiralaпре 8 месеци
    Tamara y yo nos sentamos en su sala a tomar

    Narrado en primera persona.

  • Vilma Rodriguezje citiralaпре 8 месеци
    Yo intentaba leer un libro, estaba en la frase: “…y siempre quedaba el recurso de marcharse”; y me encantaba esa frase y me encantaba todo lo que venía después

    Narrado en primera persona.
    Una chica que va en un autobús y observa a un viejo. Ella termina leyendo en voz alta.

  • Miri Picazoje citiralaпрошле године
    viejo ya no le dolía nada, quizá le ardían los ojos desteñidos con los que miraba la ventana.
  • Miri Picazoje citiralaпрошле године
    Cada tanto voy a visitar a Tamara; ella fuma y habla de lo de siempre: su divorcio
  • Marielaje citiralaпре 3 године
    Es un video de Lavoe con imágenes de una morena en bikini que menea las caderas como si se hubiera tragado un ula ula. La
  • Marielaje citiralaпре 3 године
    Es un video de Lavoe con imágenes de una morena en bikini que menea las caderas como si se hubiera tragado un ula ula.
  • Rafael Ramosje citiraoпре 3 године
    . Era una adolescente que exponía frente una desconocida todos sus clichés. ¿Quién no ha hecho eso alguna vez? No había por qué juzgarla. Pero mientras la miraba sonreírse con su boquita ahumada me dieron ganas de decirle: tranquila, todo eso se te va a pasar. Y pensé que envejecer debía consistir un poco en eso: reconocerse con cierta condescendencia en la estupidez de los más jóvenes.
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