El blues de los agujeros negros

La Vía Láctea se fusionará con Andrómeda. Con el tiempo, todo testimonio de este descubrimiento, junto con lo que aún quede de nuestro sistema solar, caerá en agujeros negros, como el resto del cosmos entero. El espacio en expansión acabará quedándose en silencio y, hacia el fin de los tiempos, todos los agujeros negros se evaporarán en el olvido

Seguiremos enviando al universo lo mejor de nosotros mismos, una proclamación de que estuvimos aquí, que nos esforzamos por entender, que a menudo fracasamos y alguna que otra vez lo conseguimos. Escuchamos el choque de dos agujeros negros. Y en la medida de nuestras posibilidades, señalaremos hacia el lugar de donde pudo provenir el sonido, un pedazo de espacio de una era pasada.

Seguiremos enviando al universo lo mejor de nosotros mismos, una proclamación de que estuvimos aquí, que nos esforzamos por entender, que a menudo fracasamos y alguna que otra vez lo conseguimos. Escuchamos el choque de dos agujeros negros. Y en la medida de nuestras posibilidades, señalaremos hacia el lugar de donde pudo provenir el sonido, un pedazo de espacio de una era pasada.

La señal registrada de esas órbitas finales, la colisión y el desenlace dura doscientos milisegundos. A lo largo de sus cuatro kilómetros de longitud, los ifos detectaron variaciones de aproximadamente una diezmilésima parte del grosor de un protón, desplazamientos que encajan perfectamente dentro del rango que Kip y otros habían predicho décadas atrás. Aun así, el evento se considera intenso, pues hay momentos en que se eleva por encima del ruido de fondo

A mediados de diciembre de 2015, recibo un correo electrónico de David Reitze, el director de LIGO. El asunto dice así: «Comunicación CONFIDENCIAL sobre LIGO». En el cuerpo del mensaje se puede leer: «El 14 de septiembre, los dos interferómetros de LIGO registraron una señal compatible con la espiral de aproximación y la fusión de dos agujeros negros de ~ 30 masas solares». Dave prosigue así: «A lo largo de los últimos tres meses, el LSC y Virgo han analizado minuciosamente la señal y han llegado a la conclusión definitiva de que hemos efectuado la primera medición directa de una onda gravitacional y hemos observado el primer sistema binario de agujeros negros». La carta viene firmada por Dave, Rai y Kip. «Queremos hacer hincapié en que no se puede hacer pública información alguna sobre la detección hasta que se haya publicado el artículo correspondiente, probablemente a lo largo de febrero».

Los analistas de datos tienen que identificar sonidos particulares que no tienen siquiera la intensidad suficiente para alzarse por encima del barullo, el sonido enterrado en el ruido

El ruido es un factor en todo experimento científico, no es en absoluto algo específico de este en concreto; el uso de esta palabra no pretende jugar con la idea de las ondas gravitacionales como sonido. «Ruido» significa simplemente errores en la capacidad de cualquier detector para captar la señal objetiva. En los experimentos de ondas gravitacionales, «ruido» puede tener ambos significados: los errores que debemos tolerar, la falta de precisión; y también, en este ámbito en particular, puede hacer referencia al sonido

Cuando escuché por primera vez a Kip dar una conferencia sobre las perspectivas de abrir una nueva ventana al universo, me hizo pensar en lo imprevisto, lo inesperado: ¿existirán fenómenos astrofísicos que aún ni siquiera hemos imaginado?, ¿podremos oír la materia oscura?, ¿la energía oscura?, ¿las dimensiones oscuras?

Una explosión de supernova tiene un sonido característico que depende de los detalles de la detonación: canta como una ballena o chasca como un látigo. El sonido es un reflejo directo de las aceleraciones de la masa durante el cataclismo

Una explosión de supernova tiene un sonido característico que depende de los detalles de la detonación: canta como una ballena o chasca como un látigo. El sonido es un reflejo directo de las aceleraciones de la masa durante el cataclismo