No todo el trabajo indígena fue anónimo, sino que se reconocen algunos nombres. El “indio Miguel” realizó la fachada de la Colegiata de Ocatlán. En Brasil, al final del período barroco, brilló el artista mestizo Aleijadinho, autor de una obra admirable, el tallado en tamaño natural de los profetas que adornan la iglesia de Bom Jesús. Los profetas, vestidos con amplios ropajes y tocados, se sitúan dentro de una concepción barroca europea.