Como sucedía con la pintura, la literatura latinoamericana en este período produjo una coexistencia de las formas neoclásicas (vuelta a lo grecolatino, y especialmente a Virgilio y su contemplación de la naturaleza), con los prerrománticos europeos (Chateaubriand) y, posteriormente, con los románticos franceses, ingleses y alemanes. Es una época de auge de la poesía nacional y patriótica, vinculada a la época que se estaba viviendo, y un advenimiento de los vocabularios regionales.