El caudillo era un hombre con gran magnetismo personal, que dominaba a los demás con el peso de su voluntad. También se imponía por su coraje, porque daba el ejemplo de bravura en las acciones difíciles y, aunque fuera de clase alta, cultivaba un estilo popular. Prototipos de caudillos fueron José Antonio Páez de Venezuela, y Juan Manuel de Rosas en el Río de la Plata (Safford, 1991).