Me quiere… no me quiere

acumularan kilos sobre el peso. Yo entiendo: una buena manera de esconder la tristeza es cubrirnos de carne. El sufrimiento es fatal cuando alcanza los huesos. Llegada ahí, la tristeza se apresura en volverse esqueleto. Sabio es dar cobertura al cuerpo, intermediar grasosas fronteras.

Sabio es dar cobertura al cuerpo, intermediar grasosas fronteras.

nos vamos haciendo viejos cuando no hacemos nuevos amigos. Estamos muriendo a partir del momento en que no nos enamoramos más.

De lo demás, apenas me llegaban los perfumes de su sombra.

futuro es una cosa que, existiendo, nunca llega a haber

Eximido de pescar, me eximo de pensar.

SOY FELIZ NADA MÁS QUE POR PEREZA. LA INFELICIDAD da una trabajera peor que enfermedad: hay que entrar en ella y salir de ella, alejar a los que nos quieren consolar, aceptar pésames por una porción del alma que ni llegó a fallecer.

De igual manera que mi padre murió por porciones, ahora yo caía en el sueño por partes, una cada vez. Primero fue la memoria, que cayó en abismo, inexistiendo; como si el mar enseñara a dormir, por fin, a mis recuerdos; como si mi vida aceptara el supremo convite y fuera saliendo de mí en eterna danza con el mar.

Escuchando el mar me dormí. Pero no era todo mi yo lo que se dormía. De

Usted puede haber sido acariciado por mano, por labio, por cuerpo, pero ninguna caricia le devuelve tanto el alma como la lágrima que se desliza