Todos podemos cambiar de piel: el desierto, los animales, las plantas, hasta los hom
sahiradeniseje citiraoпре 2 године
dorso de la mano de su esposa. No le importaba siquiera que ella estuviera embarazada. Un día la mujer no aguantó más y le quemó la mano del mismo modo que él lo hacía, sólo que ella usó la plancha de la ropa.
sahiradeniseje citiraoпре 2 године
e quedé aún más muda, por lo que Lulú, Mistral o el Espíritu me dijo:
—¿Sigues sin poder hablar? Está bien,
Adrianuxje citiralaпре 2 године
Una multitud de gritos de júbilo se escuchó, miré a mi alrededor y me sorprendió con qué facilidad un asunto que nos debía tener intranquilos, se convertía en un motivo de alegría.
Michelle Aguilarje citiraoпре 4 године
“Pobres mujeres casadas: no sólo hemos tenido que arreglárnosla con un doble trabajo, haciendo de amas de casa y de obreras, sino que aparte hemos tenido que mantener a nuestros inmóviles esposos”.
Michelle Aguilarje citiraoпре 4 године
¿No es triste que la extrañen más los perros que la gente?