Cuando pones todo esto sobre la mesa, va a ser casi irresistible para ellos dar un paso y responder, contestar, corregir, confirmar o negar. Esa es la parte importante, estás (1) haciendo una pregunta, (2) actuando como si hubiesen respondido la pregunta y (3) viendo cómo reaccionan a tu suposición de su respuesta. No esperes a que reaccionen a tu pregunta; solo dales la oportunidad para reaccionar a tu subsecuente respuesta. La premisa aquí es que incluso ellos no quieren hablar contigo, estarán forzados a integrarse e intervenir de alguna manera. Podrías no conseguir la respuesta más alegre de todas, pero lo importante es que lograste que abrieran sus trampas en primer lugar, y esa puede ser la parte más difícil de todas.