Una historia que te deja una sensación de vacío, el final es un poco flojo, iba tan bien la historia, esperaba que los personajes tuvieran más construcción, tal vez por que fue escrita en primera persona.
La protagonista es un fantasma gris que vaga por la vida de sus familiares sin decisión propia ni otro interés que vivir tranquila.
Siento que falto un capitulo más, necesitaba un arranque pasional de parte de otro personaje.
Lo que paso al final se escribió como si se hubiera perdido la mascota familiar, no hubo consecuencia mayor, solo lo que ya sabíamos que iba a pasar.
Valentino es solo un objeto, debió agregar más diálogos que en realidad nos cayera mal, no bastaba con que todos dijeran que era vago.
Lo disfrute al final, le doy 4.5 estrellas de 5.
No sé qué es lo que hace que me conmueva tanto cada libro de Ginzburg pero creo que tiene que ver con cómo sabe regresar a detalles y ambientes en el momento perfecto, en cómo hace personajes tan entrañables con tan poco y en cómo se sedimenta la historia al final y sientes que te despides de tu propia familia o tienes esa sensación de que recuerdas todo lo que pasó años después en una casa distinta.