El MODELO COACH para Líderes Juveniles

n buen coach ayuda a sacar lo que el Espíritu Santo ha puesto dentro de la otra persona.

Un coach faculta a otra persona para que pueda descubrir por sí misma el camino a seguir.

Se nos entrenó para proporcionar respuestas (contenido), no para ayudar a las personas a encontrar sus propias soluciones (proceso).

En el coaching, el coach se centra casi por completo en el proceso, extrayendo casi todo el contenido del interior de la persona, o en este caso, del joven.

Para ejercer un buen coaching hay que saber distinguir entre proceso y contenido.

Maduramos gracias a nuestras relaciones dentro del Cuerpo de Cristo (Efesios 4.11-16).

Todo creyente tiene al Espíritu Santo, y por tanto todo creyente tiene una conexión directa con Dios sin necesidad de un mediador humano (Hebreos 10.19-20

Todos los creyentes tienen al Espíritu Santo, pero no todos los creyentes escuchan su voz y saben cómo responder bien.

Una clave para la eficacia del coaching es que coach y la persona con la que trabajamos entiendan lo que Dios está haciendo y se unan a su trabajo.

Un postulado básico y bíblico es que Dios ya está obrando en la persona que se halla en el proceso de coaching.