—La misericordia no es nunca un error, Lord Renly —replicó Ned—. En el Tridente, Ser Barristan, aquí presente, mató a una docena de buenos hombres que eran amigos míos y de Robert. Cuando lo trajeron ante nosotros, malherido y al borde de la muerte, Roose Bolton quería que le cortáramos la cabeza, pero vuestro hermano dijo: «No mataré a un hombre por ser leal, ni por luchar bien», y envió a su maestre para que atendiera las heridas de Ser Barristan. —Lanzó al Rey una mirada larga y fría—. Ojalá estuviera aquí ese hombre