Guía de estudio Principios de Vida

Cualquiera que sea la razón para la prueba, Dios jamás intenta hacerle daño con ella. Por el contrario, es para su bien con el fin de que usted pueda llegar a ser, la persona que Dios creó para su gloria y para que experimente las bendiciones abundantes de lo alto en toda su plenitud. Entonces, actúe de manera que honre al Señor. Manténgase en comunión con Él en oración y por medio de su Palabra, obedeciendo todo lo que Él le ordene. Aprenda por medio de sus experiencias en el valle de lágrimas, de modo que Dios pueda prepararle para escalar las cumbres del éxito. La historia de su vida no ha terminado. Lo mejor aún está por venir.

A veces Dios permitirá que carezcamos de comodidades terrenales o humanas para que estemos dispuestos a depender solamente de Él.

La reacción más acertada ante sus problemas es rendir su voluntad a Dios y crecer en su relación con Él. Mantenga su enfoque en Él. Confíe en su amor, su sabiduría y su fortaleza ya que si usted actúa correctamente conocerá a Dios más profunda e íntimamente y el propósito divino se cumplirá en su vida. Además, verá su gloria de la manera que jamás haya pensado que le fuera posible

El Salmo 34.18 nos lo asegura: «Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu». En la adversidad Dios no está lejos de usted; por el contrario, está cercano y está indicándole sus caminos. Cuando todo marcha bien, usted puede olvidar que necesita de Dios; pero al sufrir una calamidad, Él es el único que puede consolarle y llegar hasta lo más profundo de su ser. Es entonces cuando capta su atención y procede a enseñarle el gozo inefable de su presencia maravillosa.

Dios no le llama a tener una vida más o menos aceptablesino que desea que su vida sea extraordinaria. Sin embargo, para lograr tener la vida que Él planeó para usted, su deber es dejar de ocuparse por asuntos insignificantes y enfocar su atención completamente en Él. ¿Podrá hacerlo? ¿Podrá confiar en que el Señor Jesús viva por medio de usted y se encargue de todo lo que le inquieta?

¡Claro que podrá! El Dios que le salvó puede enseñarle a vivir para Él. No cabe duda que el Señor que perdonó sus pecados y le ha dado una morada en el cielo puede hacer frente a aquella persona, situación o inquietud que a usted tanto le preocupa. Además, el Salvador a quien ha confiado su destino por la eternidad es más que capaz de encargarse de todos los asuntos que para usted son cargas pesadas. Por consiguiente, deje de preocuparse para que por fin pueda experimentar la vida verdadera en Él.

usted necesita volver a la verdad básica de que así como su salvación es por la fe en Cristo, todo en su vida entera también debe serlo.

Todo lo que tenemos es don de Dios; por ende, todo lo que le ofrezcamos es solo una porción de lo que Él ya nos ha dado(Dt 10.14).

Si obedecemos a Dios honrándolo con nuestros diezmos, conforme a su promesa Él protegerá nuestras finanzas y nos bendecirá abundantemente(Mal 3.10).

Así que deje de tomar decisiones basándose en el estado de sus finanzas y propóngase obedecer a Dios en todos sentidos; y nada le faltará. Sea generoso con Él y descubrirá mayores bendiciones que las que habría podido imaginarse.

¿Aporta usted el diez por ciento de sus ingresos al ministerio de la iglesia? ¿Ofrenda con generosidad, bendiciendo en abundancia a las personas necesitadas? Quizás lea esas preguntas y piense: Es que no puedo, porque apenas me alcanza para vivir. O tal vez trate de contestar esas preguntas diciendo: Me he esforzado mucho por lograr lo que tengo y no veo por qué debiera regalarlo. Como ya hemos leído, estas dos actitudes vienen como resultado de la falta de confianza en Dios y de no reconocer que Él es dueño de todo lo que existe. Dios quiere «[abrir] las ventanas de los cielos, y [derramar] sobre [usted] bendición hasta que sobreabunde» (Mal 3.10), pero Él esperará hasta que usted le rinda este aspecto de su vida.

Dios conoce sus luchas, sus deseos y las circunstancias en que se encuentra y Él ha prometido que «suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (Fil 4.19).

La palabra graciaen el Nuevo Testamento viene de una raíz que quiere decir regocijarse. Alude a un beneficio absolutamente gratuitoo una expresión libre y espontánea de amabilidad, una obra que produce gozoy un favor conferido. Cuando Pablo escribe que «poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia» (2 Co 9.8), se refiere a que Dios produce en usted superabundancia de bondad que le producirá inmenso gozo.