Teatro completo, V

los bandos, facciones y partidos y que, en cualquiera de ellos, merece el pan y la sal de la verdad.

Menos aún, a la etapa anterior a Sófocles, en que el coro de la tragedia era sólo la voz de la religión. Ni tampoco podemos ignorar que si la humanidad puede muy bien ser el gran cáncer del mundo, la humanidad está en todos

“No. Sería una lástima, por las mariposas”.

Suponiendo que la humanidad esté en quiebra, fraudulenta o no, algo hay en ella de viviente, de saludable, de merecedor de supervivencia que toca al escritor salvar.

lo clásico como viviente, o dotado de vida más intensa y perfecta, y es aceptable si se admiten las reapariciones periódicas de los estilos sin transformación o variedad ninguna

como esfuerzo de una minoría letrada y conocedora del pasado griego, como un fruto de erudición; y como un movimiento moral y racional opuesto a la expresión caótica de un pueblo guerrero y, en realidad, bárbaro

del teatro sería quizás que el estilo clásico asocia al conocimiento de las relaciones entre los hombres, el conocimiento de los elementos del arte y el respeto de sus límites.

a) La anécdota o trama
b) Los caracteres
c) La situación
d) La idea central o filosófica
e) La tesis

IV. Después convendrá al autor fijar ante todo los límites de estilo y género de la obra que va a escribir, basando esta delimitación en el elemento esencial que lo haya decidido a escribirla.

Este conflicto puede ser el del hombre consigo mismo y sus pasiones; del hombre con el destino; del hombre con el ambiente, o bien el naturalmente suscitado por las pasiones contradictorias de los personajes.