Elogio Del Amor

El “te amo” se convierte en: hay en el mundo la fuente que tú eres para mi existencia. En el agua de esa fuente yo veo nuestra alegría, y la tuya primero.

: “Ama lo que jamás verás dos veces”.

En el amor, mínimamente, uno tiene confianza en la diferencia en lugar de sospechar acerca de ella.

Dicho sea de paso, el amor es comunista en este sentido, si se admite, como yo, que el verdadero sujeto de un amor es el devenir de la pareja y no la satisfacción de los individuos que la componen.

Hay un trabajo del amor, y no solamente existe el milagro. Hay que estar en la brecha, hay que ponerse en guardia, hay que reunirse, con uno mismo y con el otro. Hay que pensar, actuar, transformar. Y entonces sí, como recompensa inmanente del trabajo, está la felicidad.

Pero lo que yo intento proponer es una concepción de la eternidad menos milagrosa y mucho más laboriosa, es decir una construcción de la eternidad temporal, de la experiencia de lo Dos, tenaz, punto por punto.

Ahora bien, el amor, como todo procedimiento de verdad, es esencialmente desinteresado: su valor no reside sino en sí mismo, y este valor está más allá de los intereses inmediatos de los dos individuos que están en él comprometidos.

Del mismo modo que la definición del enemigo debe ser controlada, limitada, llevada a su mínimo, del mismo modo el amor, como aventura singular de una verdad de la diferencia, debe ser rigurosamente separado de la política.

¿Conviene separar el amor de la política?

Al final de los finales no es del amor de lo que hablan las religiones.