«Cuan sabio fue J.H. Schultz cuando ordenó a sus pacientes, durante el entrenamiento de relax imaginar que los brazos se volvían pesados. Esto automáticamente induce a la relajación. Si les hubiera ordenado a sus pacientes relajarse, sus tensiones hubieran aumentado más que disminuido, puesto que se hubieran empeñado intensamente en ello. Incidentalmente, algo análogo es válido para el tratamiento de sentimientos de inferioridad. El paciente no puede vencerlos directamente. Si ha de liberarse de ellos, debe hacerlo por un rodeo, es decir, saliendo, visitando lugares a pesar de sus sentimientos de inferioridad, cumpliendo con sus obligaciones a pesar de ellos. De cualquier modo mientras concentra su atención en el sentimiento de inferioridad dentro de sí, continúa sufriendo por ellos. En cuanto enfoca su atención a algo externo a él, ellos están condenados a atrofiarse»