Cuando un tralfamadoriano ve un cadáver, lo único que piensa es que el muerto se encuentra en mal estado en ese momento particular, pero que la misma persona está bien en muchos otros momentos. Ahora, cuando me entero de que alguien ha muerto, me limito a encogerme de hombros y a decir lo que dicen los tralfamadorianos de los muertos, que es: «Es lo que hay».