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Knjige
Elena Garro

Novelas escogidas (1982–1998)

  • Yar Cruzje citiralaпре 4 године
    el mundo había dejado de girar y yo había quedado en el lado oscuro. Nunca más vería el sol. Desde entonces me levanto a mirar la noche, las ventanas de los edificios parecen las cuencas de muchas calaveras, me recuerdan que soy mortal y que lo que me sucede es pasajero…
  • YoshiK Bje citiraoпре 2 године
    “Ni siquiera tengo dinero para suicidarme…”, se dijo, sintiendo que estaba en una orilla y que del otro lado la locura le hacía gestos. Se quedó quieta, no encendió la luz; las tinieblas la cobijaban, sentía vergüenza de ser mirada y de mirarse a sí misma. El tiempo no pasaba.
  • la Monse que leeje citiralaпре 3 године
    ¡Dolor de viuda mucho duele y poco dura!
  • Milton Ortizje citiraoпрекјуче
    pañuelo negro y sobre cuya frente continuaba quieta la mosca. Quiso irse. Echaron a andar seguidas por los ojos de la vieja de rostro agorero
  • Milton Ortizje citiraoпрекјуче
    Las sábanas húmedas y el recuerdo de “Siberia” le llegó como un viento helado. Recordó a Severina y tuvo la impresión de estar en aquel infierno negro.
  • Milton Ortizje citiraoпрекјуче
    Presos desconocidos habían dejado mensajes sentimentales u obscenos en los muros. L
  • Milton Ortizje citiraoпрекјуче
    Consuelo señaló las gradas de piedra que llevaban a la terraza de entrada de la casa situada muy atrás de las rejas despintadas que guardaban el jardín
  • Milton Ortizje citiraoпрекјуче
    ante aquel anciano envuelto en un gabán sucio y ojos ávidos. Su mujer tenía ojos afiebrados y manos enormes y huesudas y Consuelo no podía apartar la vista de aquellos dedos temibles.
  • Milton Ortizje citiraoпрекјуче
    Estupefacta, Consuelo contempló los ojos de batracio ocultos detrás de
    las gafas y la boca larga parecida a las de las ranas. Amparo se dejó contemplar, c
  • Milton Ortizje citiraoпрекјуче
    El hombre, metido en una cazadora a cuadros, tenía algo amenazador por lo que prefirió volver de prisa al hostal. Reconoció su albergue cuando vio a través de los vidrios de la terraza a las jugadoras que la miraban con rostros de mariposas nocturnas y maléficas.
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